Entre las obras de arte que podemos encontrar repartidas a lo largo y ancho de Fuerteventura destaca una que rinde homenaje a una planta emblemática: la Aulaga majorera. Situada en el encantador enclave de La Lajita, al sur de Fuerteventura, esta escultura de acero de 5 metros de altura creada por el artista Marco Villotie en 2002 se erige como un monumento a la esencia de la Launaea arborescens, una planta que ha desempeñado un papel crucial en la vida y la cultura de la isla.
La aulaga canaria
La aulaga canaria, conocida científicamente como Launaea arborescens, es un arbusto que se alza en el suelo árido de Fuerteventura. Caracterizada por su intrincado entramado de espinas, sus diminutas hojas y sus flores amarillas solitarias, esta planta no solo adorna el paisaje, sino que también ha sido una compañera vital para los habitantes de la isla a lo largo de los siglos.
Usos tradicionales de la aulaga
Desde tiempos inmemoriales, la aulaga ha sido una fuente inagotable de recursos para los majoreros, ofreciendo una amplia gama de usos que van desde lo más básico hasta lo más sofisticado.
Combustible esencial: La escasez de recursos forestales en Fuerteventura convirtió a la aulaga en una fuente primaria de combustible. Con su alto poder calorífico, era esencial para alimentar los hornos de panadería, alfarería y la producción de cal. Sin embargo, la sobreexplotación llevó a la implementación de restricciones para su tala, mostrando la importancia de la gestión sostenible de los recursos naturales.
Conservación de alimentos: Las propiedades únicas de la Aulaga la convirtieron en una herramienta invaluable para la conservación de alimentos. Utilizada en la creación del «pasil», una plataforma para secar higos y preservarlos, así como para secar mejillones y pescado, su estructura proporcionaba una ventilación óptima, evitando la putrefacción y garantizando la seguridad alimentaria de la comunidad.
Filtro natural: En un entorno donde el agua era un recurso preciado, las aulagas desempeñaban un papel crucial como filtros naturales, previniendo la obstrucción de las conducciones de agua por los sedimentos arrastrados por las lluvias torrenciales. Esta función no solo garantizaba el acceso al agua potable, sino que también promovía la conservación de los recursos hídricos.
Contribución ganadera y medicinal: Además de su utilidad en la conservación de alimentos y la gestión del agua, la Aulaga también desempeñaba un papel importante en la vida ganadera de la isla. Su denso follaje de espinas servía como barrera natural para cercar fincas y proteger al ganado. Además, se utilizaba en la medicina popular para aliviar una variedad de dolencias, desde dolores estomacales hasta forúnculos, demostrando su valor multifacético en la vida cotidiana de los habitantes de Fuerteventura.
Tinte natural: Por último, las flores secas de Aulaga encontraban un propósito en la tintura de lana, añadiendo otro capítulo a su versatilidad. Este uso creativo reflejaba la profunda conexión entre la naturaleza y la cultura en la isla, donde incluso las plantas más modestas se convertían en fuente de inspiración y creatividad.
En conclusión, la escultura de la aulaga majorera no solo es un tributo a una planta emblemática, sino también un recordatorio de la estrecha relación entre la naturaleza y la vida humana en esta fascinante isla. A través de sus usos tradicionales y multifacéticos, la Aulaga ha dejado una huella indeleble en la historia y la cultura de Fuerteventura, y su legado perdura en las esculturas que adornan su paisaje único.
