El paseo marítimo de Morro Jable, al sur de Fuerteventura, ha emergido como un crisol de creatividad, transformándose en un oasis artístico a orillas del Atlántico. Este rincón insular se ha convertido en un lienzo dinámico donde artistas de todo el mundo convergen para dejar su huella en forma de esculturas monumentales.
En este escenario, cada año se llevan a cabo simposios de escultura que atraen a talentos internacionales, y entre ellos destaca una figura de Amancio González. Sus obras, imbuidas de ingenio y pasión, dotan al paisaje de una nueva dimensión estética.
Entre las obras que han dejado Amancio destaca la escultura «El Poeta».
«El Poeta» se erige como un monumento a la contemplación y la creatividad. Situada cerca del humedal de El Matorral, esta obra realizada en piedra y acero cortén despierta emociones y reflexiones en aquellos que tienen el privilegio de contemplarla.
La figura central, un hombre, esculpido en piedra, de apariencia atemporal y desnudo, tiene la mirada perdida en el horizonte infinito del océano Atlántico. La figura sugiere una profunda conexión con el mundo que lo rodea. Está sentado en un marco de líneas rectas y parece inmerso en sus pensamientos. Es como si el poeta encontrara en las olas que rompen en la costa la inspiración para sus versos, en el eterno movimiento del mar la musa que alimenta su alma creativa.
La presencia del mar en esta obra no es meramente decorativa; es un elemento vital que simboliza la vida contemplativa del poeta. El mar, con su vastedad y misterio, ha sido desde tiempos inmemoriales una fuente de inspiración para artistas y poetas de todo el mundo. Su constante cambio y movimiento ofrecen un refugio para aquellos que buscan la soledad y la introspección necesarias para dar vida a sus creaciones.
