La ermita de San Francisco Javier se erigió en El Pago de Las Pocetas en 1771, en el término municipal de Antigua.
La ermita fue fundada y dotada por los vecinos del pueblo, se sitúa en la planicie central de Fuerteventura, en una explanada que permitía verla sin dificultad desde la lejanía. Es la única ermita de Fuerteventura que conserva intacto parte del entorno en el que se fundó. Se encuentra enmarcada por los barrancos de las Pocetas y el Barranco de Antigua, rodeada de algunas viviendas aisladas y cercados de cultivo.
Para la construcción de esta ermita se siguieron las normas de la arquitectura tradicional majorera. Edificada con muros de mampostería y cantería en huecos y esquinas.
La ermita de San Francisco Javier es de nave única con planta rectangular, la sacristía se encuentra adosada al templo en el lado de la epístola. En el lado norte la nave está reforzada por dos estribos de mampostería. El edificio está cubierto a tres aguas, con teja al exterior y madera en el interior. Posee una espadaña de forma rectangular, en su lado derecho, con un solo hueco de campana rematado en arco de medio punto y tres pináculos. Cuenta con dos accesos, uno principal orientado hacia el oeste y otro lateral en el muro de la epístola, ambos rematados en cantería oscura y arco de medio punto.
Tiene un pequeño calvario de doble grada circular situado ante la puerta principal, realizado en mampostería y pintado de blanco y rematado con una cruz de madera.
El templo se bendijo sin terminar el 2 de diciembre de 1775. Posteriormente, en 1818, se realizó la carpintería del templo por el maestro Juan Melián, encargado también de la carpintería de la Ermita de San Roque en Valles de Ortega.
La ermita cuenta con un pequeño coro situado sobre la puerta principal, realizado en madera y construido antes de 1800. Se accede al coro por una escalera de dos tramos situada en el interior, tras la puerta principal.
El retablo data del siglo XVIII, está realizado en madera policromada con motivos vegetales sobre fondo claro, donde predominan los tonos azules, rojos y amarillos y contiene una hornacina con la Imagen de San Francisco Javier. Esta escultura es de bulto redondo del siglo XVIII, tallada en madera policromada. Destacar de la misma época el púlpito de madera, que se adosa al muro del evangelio, y se sitúa próximo al altar mayor.
La Ermita de San Francisco fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985.
Durante las fiestas patronales de las Pocetas, la última semana de Agosto se celebra una emotiva procesión nocturna, momento ideal para acercarte a conocer esta bello enclave.